miércoles, 28 de abril de 2010

Historia

Para el año 1956 el Sr. Bolívar Reynoso Dájer ya era un comerciante visionario dedicado a la venta de productos al por mayor en una época muy difícil, en la que escaseaba el circulante y era muy bajo nuestro desarrollo industrial.

En el país había escasez de pastas alimenticias y la producción nacional no era suficiente para satisfacer las necesidades del mercado. Esta situación motivó a don Bolívar a emprender el inicio de una planta de producción, cuyo fin, al principio, era satisfacer la demanda de la región del Cibao. Su idea fue brindar una alternativa a todos los clientes y consumidores que constantemente visitaban su almacén de provisiones en busca de dicho producto. Un producto con el que los padres y madres dominicanos pudiesen resolver la nutrición de sus familias a un costo bajo, de manera que no se vieran muy afectados sus limitados ingresos. Empezó de inmediato las negociaciones y adquirió dos prensas para la fabricación de fideos.

Posteriormente, en 1962, don Bolívar visitó Italia, donde contactó suplidores de maquinarias para la elaboración de spaghettis. Se reunió con la firma Braibanti, de quienes adquirió dichas máquinas. Fueron adquiridas tres líneas de producción: una de fideos otra de pastas largas y otra de pastas cortas (coditos, mostacholis, entre otras). Entonces, el Sr. Reynoso realizó esfuerzos titánicos para obtener financiamientos, capital de trabajo e incluso el dinero para pagar los impuestos aduanales.

Las maquinarias llegaron al país en marzo de 1963 y empezaron a operar de manera formal el 19 de marzo del 1965. En ese momento el país atravesaba por difíciles situaciones sociales y un mes más tarde la revolución de abril provocó el cierre temporal de la fábrica. Poco tiempo después fueron reiniciadas las operaciones de producción y ventas trabajando en horario de 6:00 a.m. a 10:00 p.m.

Durante aproximadamente 15 años, el mercado experimentó una férrea competencia en la cual los precios eran objeto de bruscas caídas que afectaban la rentabilidad del negocio. Sin embargo, la nueva empresa pudo soportar la situación manteniendo siempre una oferta atractiva para el mercado nacional. Hoy día La Dominicana Industrial, C. por A. (Pastas Princesa) cuenta con más de 40 años de servicios ininterrumpidos, brindado a todos sus clientes y consumidores productos de primera calidad, los cuales llegan hasta el más apartado rincón de nuestro país gracias a sus excelentes canales de distribución.

La Dominicana Industrial, C. por A. ha sido reconocida internacionalmente con el XXIV Trofeo Internacional de Alimentación y Bebidas, New Milleniun Award, otorgado en París, Francia en el año 2004. Igualmente, fue premiada por Quality Summit, New York 2005 al asumir el compromiso por la calidad de los principios del modelo de gestión de Calidad Total QC100.

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